Sol y 24 grados de media. (21 de enero de 2010)

¿Donde? preguntaréis alguno de vosotros, pues... en Tenerife. Aquí es donde me encuentro desde el domingo pasado por la tarde. Estoy en la zona de Los Cristianos y aquí seguiré un par de semanas antes de mi debut en Mallorca. En este lugar todo son "guiris", restaurantes y la variedad que se quiera, con horarios europeos.

Rober, un amigo de A Guarda (Pontevedra), me comentó las bondades de esta isla, el calor, apenas lluvias... y claro, viendo las posibilidades de coger un pequeño apartamento, un vuelo económico... Lo que más ha pesado para venir hasta aquí ha sido el mal tiempo por mi tierra, lluvia y frío a raudales, la verdad que en los últimos siete días no ha parado...

Así que en compañía de "otro" ciclista, un amigo, Edgar, estamos instalados a cincuenta metros de la playa. Estoy haciendo todas las mañanas sobre una media de cinco horas, mucho volumen y con algo de calidad tanto en subida como en llano, pensando -como os he dicho- en mi primera cita (Mallorca) y a continuación, Algarve. Durante estos tres entrenos que llevo apenas se puede superar los 26 kms. por hora. El terreno, con sus constantes subidas y bajadas, no da para aumentar esa media, la verdad que encontrar llano es casi imposible. Además me da la impresión de que por estos lares lo de respetar a los ciclistas no se lleva mucho... al contrario. Me ha llamado la atención las pocas carreteras que hay por aquí, os diré que casi ya las conozco.

El primer día nos encontramos con Esteban, un colombiano que trabaja en una bodega ocho horas y a continuación se va a entrenar sus tres horas, con la esperanza de encontrar acomodo en algún equipo por la Península. A parte de guiarnos, nos comentó que corrió junto a Uran, un compatriota que ahora está en Caisse d´ Espargne y del cual se esperan grandes cosas.

Al estar por estas tierras de más de 24 grados de media y mucho sol, he sustituído el café con leche que tomaba en mis fríos y lluviosos entrenos, por una coca cola bien fría... la verdad que entra que da gusto, que lujazo...

Después de un buen descanso y la cena, a última hora de la tarde salimos a tomar algo. Hay ambiente en las numerosas terrazas... hasta estamos meditando darnos un baño...

Y así está siendo mi día a día por esta preciosa isla. Espero que durante mi estancia por aquí siga acompañándome este fabuloso clima...