"Como si hubiera ganado yo..." (7 septiembre)

Escuchaba a Pino dándole instrucciones por la emisora "no le ataques hasta los últimos 200 metros y al llegar arriba... ¡a muerte para abajo!" y la piel se me ponía de gallina... escalofríos me recorrían las piernas... mientras subía las durísimas rampas de Xorret de Cati.

Gustavo César Veloso es mi compañero de habitación en mis tres Vueltas a España y es más que un compañero de equipo. Ayer se enfadó conmigo (cariñosamente) porque en palabras suyas, salí a todos los ataques en busca de la escapada, cuando los debería haber seleccionado mucho más. Como os dije no para de darme consejos... consejos que tienen su precio en oro: la experiencia, ni más ni menos...

Es el triunfo de una persona que nunca antepone lo suyo al trabajo del equipo. Siempre está pendiente de sus líderes para hacerles ese camino lo más facil posible. Nada más cruzar la meta me fundí en un abrazo con él, los sentimientos de ambos a flor de piel... casi, casi alguna lágrima... que no es para menos. Hoy ha levantado los brazos en meta una bellísima persona y un currante para y por el equipo.

Esta enorme alegría se fraguó en uno de los muchos intentos por conseguir la fuga. En un principio él no entró, ya que estaba Gustavo Domínguez en la escapada, pero este no pudo seguir por la alta velocidad y Veloso vio que era su momento. Tuvo que hacer unos kilómetros como si se tratase de una crono y logró empalmar con los compañeros de fuga (me afirma que les agradece que le hayan esperado... lo que dice mucho de él). Eso sí, en el penúltimo puerto hizo el amago de hacerles creer (a los compis de fuga) que iba mal, se soltaba de ellos en las rampas duras y volvía a empalmar cuando suavizaba... la comentada experiencia...

No para de dar las gracias a todo el equipo y en especial a los mecánicos, ya que a última hora del día de ayer les molestó para pedirles que le montaran un 27. Sin duda un bonito gesto que refleja la humanidad de mi compañero de habitación.

Me dice que la primera rampa de Xorret de Cati fue muy explosiva. Los dejó ir pero en ningún momento los perdió de vista. Pino, mientras tanto, veía todos los movimientos por el aparato de TV instalado en el coche, le daba ánimos y dosis de sangre fría. El resto supongo que ya lo sabéis...

En cuanto a mí, hoy he de decir que me he encontrado mucho mejor, sensaciones muy buenas y una vez hecha la fuga mi misión ha sido cuidar y proteger a nuestro líder, Eze... que no dejara de beber, que comiera, que se sintiera arropado por su equipo.

Esta noche en la cena hubo cava como colofón a un gran día. He brindado con todo el equipo, pero este brindis ha sido muy especial para mí. Os confieso que lo he sentido como si brindara con alguien de mi familia...