Demasiadas cosas... (13 de septiembre de 2010)

(Foto: lavuelta.com)

Excesiva mala suerte la vivida en el día de hoy. De todo menos tranquilidad, pero por suerte mis huesos no han dado con el asfalto. Era uno de esos días de todo a nada, y más viendo el perfil de la etapa. Así me la he planteado yo, desde el kilómetro uno saliendo a los ataques en busca de la fuga. Pero no sólo yo, ciclista tras ciclista, con un ritmo infernal durante toda la carrera, ¡una locura!... ¡y luego dicen que en la Vuelta no se anda...!

Creo que esta ha sido la etapa de más desnivel que nos ha tocado salvar (4.300 m.) y prueba de ello es lo cansado que estoy en estos momentos, en un traslado de más de 300 km en el bus, camino de tierras pucelanas. Como ya sabréis por el devenir de la etapa y con lo que os cuento, mis intenciones de conseguir la fuga para sumar puntos y desbancar a mi rival, Moncoutie, no llegaron a consumarse. Mi última intentona fue cuando me cogieron y vi a todo el Cofidis tirando para echar la escapada abajo... con eso creo que queda todo dicho. Desde ese momento me dediqué a ir en lo que quedaba de pelotón, la velocidad de Cofidis acabó por romper el gran grupo.

Y a partir de ahí, un cúmulo de accidentes y cosas que no han hecho más que tuviera unas ganas locas de cruzar la meta. Dos pinchazos en momentos claves sin coche de apoyo (gracias a la gente del Andalucía, que me prestaron una), y el otro "accidente" que he tenido ha sido una buena pájara... el desgaste de la etapa, los nervios, la tensión y el despiste por no comer, provocó que llegara a meta muy tocado...

Por suerte mañana toca dormir como un bebé. Eso es lo que haré en mi día de descanso... lo necesito. Pero bueno, lo más importante es que tenemos a nuestro líder, Eze, tercero en la General y con intenciones de llevarlo hasta lo más alto del podium. Necesitaremos fuerzas para ayudarle a conseguirlo...