Qué rabia, no me dejan... (12 de septiembre de 2010)

(Foto: la vuelta.com)

Nunca me he visto en estas circunstancias. Estoy luchando por la general de la Montaña desde el kilómetro uno para coger la fuga, pero no hay manera, no me dejan. Cofidis y en primera persona, Moncoutie, abortan toda posible escapada en la que me encuentre yo, y si no son ellos, el equipo del líder, donde ayer se propuso no dejar marchar a nadie... aunque al final no le quedó otra, pero eso sí, sin corredores que hicieran peligrar puestos en la General.

Estoy cansado y supongo que poco a poco iré notando la fatiga. Ya estamos en la tercera semana y mañana de nuevo hay terreno para volver a intentarlo... así lo haré hasta que el cuerpo aguante.

También estamos muy centrados en nuestro líder. Ver a Eze atacando y día tras día subiendo escalones en la General nos hace soñar. Por ello seguimos luchando en cada kilómetro por conseguir el éxito. Soñamos con ganar en Madrid, llamarme iluso, pero "podemos" y con esa premisa mañana subiremos a nuestras monturas...

Hoy y al estar cerca de casa, es como si corriéramos en Galicia: muchos paisanos apoyándonos, gritos de ánimo en gallego, con nuestra bandera... la piel se me ponía de gallina y para mas inri, hasta nos llovió... pero no fue una lluvia intensa, si no ese orballo característico del Norte... Y bueno, otra cima mítica para el bolsillo, año tras año voy subiendo alguna nueva.

Os escribo tarde, el traslado se hizo eterno, nos plantamos en el hotel a las nueve de la noche, masaje y cena, miro el reloj y son ya las doce pasadas. No sólo damos pedales, estas cosas también forman parte de la propia carrera y cuanto menos descanso, menos recuperamos...

Graciñas a los que me habéis animado en la subida de hoy. No he podido pararme a saludaros a todos, estaba mojado, tenía frío y no quería coger un catarro... seguro que me entendéis. Os estoy inmensamente agradecido por todos los ánimos que me dáis...