De nuevo en casa (3 de noviembre de 2010)

Antes de la salida del Criterium de Chihuahua, con Antonio Cabello y Xavi Tondo

El lunes al mediodía aterrizaba en Barajas (Madrid). De nuevo ya estoy en casa, todavía a vueltas con el cambio horario y con un cierto cansancio por el vuelo. Atrás queda una semana de plácidas vacaciones, que se me ha pasado volando... aunque tampoco no os digo nada nuevo, supongo que esto le pasa a todo el mundo.

Os contaré que prácticamente y nada más bajar del avión en México casi me visto de ciclista. Un largo retraso en el vuelo -por culpa de los últimos coletazos de un huracán- hizo que apenas tuviéramos tiempo para el sueño y adaptarnos al nuevo horario. Con respecto al Criterium de Chihuahua, fueron algo más de dos horas a un ritmo infernal, sobre todo por parte de los corredores locales, que en ningún momento dieron tregua alguna. En mi caso, muy cansado por el viaje, me tocó sufrir más de lo deseado y más en las dos últimas vueltas. Lo que me llamó la atención fue la cantidade de gente congregada en todo el recorrido y los muchos cicloturistas que se dieron cita en la salida. También lo puestos que estaban en cuanto a conocernos a todos los que ibamos de Europa...

En la salida de la marcha con mi compañero Gonzalo Rabuñal

Una vez terminado el Criterium y con la bici aparcada en la habitación del hotel, tocó disfrutar de la zona, o lo que es lo mismo: sol, playas, buena comida y descanso total... Pues eso he hecho, o más bien un poco de todo, nada de aburrimiento, al contrario, no he parado: gimnsasio, golf, body, etc.

Cuando me iba de excursión prácticamente era para estar todo el día fuera. En una ocasión, a las ruinas mayas, en otra, a unas cuevas de estalactitas y estalagmitas (cuya extensión se aproximaba a los 15 kilómetros). Otro día con la compañía de delfines y tiburones... alternando con momentos para dormir y a la vez para tomar alguna copa por las frescas noches de la zona.

En la imagen con Jon Izaguirre, ciclista que el próximo año fichará por el Euskaltel

A punto de subir al avión de vuelta para casa nos tocó correr una cicloturista por la zona. Se trataba de una ayuda benéfica para la Cruz Roja mejicana, donde pagamos una pequeña inscripción. El fuerte calor y la humedad hizo que me bajase antes de lo previsto. Y de esta manera puse punto final a mi semana por tierras mejicanas.

Por otro lado no tengo novedades, y mucho menos positivas. Sigo a la espera de poder encontrar hueco en algún equipo. Mi representante está haciendo todo lo necesario para ello, así que, como decía en otras crónicas, la fe nunca la pierdo...