A las puertas de casa... (17 de abril de 2010)

Estamos en el pueblo de Cacabelos (por cierto, el hotel es espectacular) muy cerca de Ponferrada, lugar donde esta tarde he corrido la crono de la Vuelta a Castilla-León. Deciros que hoy me está costando mucho escribir esta crónica. Lo que a principios de Vuelta era un simple catarro se ha convertido en gripe, náuseas, dolor de cabeza, algo de fiebre... en fin malestar general que apenas me deja dormir por las noches. A Delio, mi compi de habitacion se la he pasado y por desgracia se ha tenido que ir para casa. Esta gripe se traduce en un rendimiento muy bajo encima de la bici... y como se suele decir en el argot ciclista, estoy arrastrándome...

Tanto ayer como el jueves apenas he podido ayudar al equipo, tan sólo en los primeros compases de las etapas estar en los cortes y poco más. Por ejemplo ayer, la etapa reina, en la primera hora se hizo a 52 kms/hora, un ritmo infernal. Los líderes y sus equipos estuvieron muy atentos, ya que en parte se jugaban la clasificación general. Mi compi Eze realizó un papelón... en un puerto donde hacía bastante frío, llovía por momentos y las cunetas estaban llenas de nieve. El premio total hubiese sido cruzar la línea de meta el primero... no pudo ser pero en todo momento fue valiente y jugó a ganar. Yo poco o nada pude hacer, bastante tenía con seguir dando pedales, ayer fue un día para sufrir de verdad...

En la crono de hoy ya me lo he tomado con más calma, no me jugaba nada, ni siquiera fui a ver el recorrido, ayer perdí una minutada y lo único que tenía que hacer era pasar el trámite e intentar recuperar para la última etapa de mañana. Etapa que correremos por carreteras de mi terriña y con el calor del público gallego. Ya estamos en casa y esto es lo que hace que no abandone.

Ya tengo ganas de que llegue y estas mismas horas, necesito estar por allá y poder recuperar lo antes posible. En breve tengo nuevas citas: Llodio, Rioja y Naranco, así que espero poder estar mucho mejor que ahora, que la verdad muy difícil no es...

Ayer, durante casi toda la carrera y sobre todo en el Alto del Morredero, ya se notaron los ánimos de nuestros paisanos. Estamos, como os digo, ahora mismo, en Cacabelos, "a las puertas de casa". Son como primos hermanos e incluso algunas personas de por aquí ya nos hablan en gallego. Estoy seguro que mañana y por supuesto en la meta el asunto estará muy animado. Esperemos conservar el tercer puesto de Eze y premiar a nuestros paisanos con un podium...